Las propuestas de Martí

Teoría y Práctica
Por David Nossiff

De cara al proceso electoral de 2009, dos posiciones políticas se han proyectado ante la opinión pública. La primera consiste en anular el voto o sufragar por un candidato no registrado, la segunda invita a votar por candidatos que se suscriban ante una serie de propuestas que ha elaborado una parte de la sociedad civil; asevero que se trata de sólo una parte de la sociedad civil, ya que la sociedad es una gama heterogénea de opiniones, gustos y preferencias.

La segunda posición política, que es la que encabeza Alejandro Martí, es la que la acapara más mi atención. Específicamente cuando aborda el tema de la reelección de diputados y senadores. Pues, la organización que Martí encabeza (Sistema de Observación por la Seguridad Democrática), afirma que sería un mecanismo democrático de refrendo o rechazo al buen o mal desempeño de sus funciones. Así también la eliminación de diputados y senadores de representación plurinominal.

Primeramente, me parece una manera muy hábil de desplazar a la propuesta de votar por un candidato no registrado. Esta propuesta es encabezada por Sergio Aguayo, Denise Dresser y Lorenzo Meyer.

Sin embargo, las propuestas del ciudadano Martí me parecen tan sólo buenas intenciones, puesto que conllevarían a una serie de dificultades, debido a que están plagadas de desconocimiento.

Estoy de acuerdo que los 200 diputados electos por vía representación proporcional suele parecer excesivos. Empero, este método tiene una utilidad social, la cual consiste en evitar una dictadura de la mayoría, porque el objetivo de la representación plurinominal consiste en que la mayor parte de opiniones e intereses estén representados, de esta manera se trataría de un congreso plural e incluyente.

Ahora bien, la reelección de diputados y senadores da pie a que se genere indisciplina partidista, lo que conllevaría a la dificultad de concretar acuerdos en el congreso; paralelamente se debilitarían a los partidos políticos, quienes son la oposición institucionalizada. De este modo el congreso no sería totalmente funcional.

Al surgir los primeros los parlamentos, quienes los integraron no se organizaron a través de partidos políticos, lo cual generó serias dificultades para tomar decisiones debido a que al no estar aglutinados en corrientes de opinión y/o fracciones, surgieron serias dificultades para tomar decisiones. Esto, resalta que el hecho de que existan partidos políticos es necesario, pues de esta manera es como puede funcionar un parlamento, asamblea nacional o congreso.

En vista de lo anterior, para mí el problema radica en que se debe de desarrollar una ciudadanía. Para esto, se deben de garantizar derechos políticos, civiles y sociales, haciendo énfasis en la cuestión social, pues en una país con una gran cantidad de asimetrías en el que no puedan reducirse las desigualdades, habrá un déficit de ciudadanía, y de nada servirá una igualar ante la ley a leones y libres. He ahí el motivo por el cual una gran parte de la ciudadanía muestra un descontento ante la democracia.

Hay que proponer con responsabilidad, pues se trata de un país, no de una aventura.