No desperdicie su voto

Tangente

Por Oscar Díaz Salazar

Desde el Distrito Federal, entidad que es novata en materia de organización de elecciones, pues sus autoridades eran designadas hasta la década anterior, nos llega la iniciativa de anular el voto electoral.

La propuesta para invalidar la boleta electoral, con la operación de “tachar” varios emblemas de los partidos a la vez, o escribiendo una leyenda, un texto corto, para manifestar el rechazo a los partidos políticos y a sus candidatos, no es una propuesta ingenua, ni un método de protesta exento de utilidad para una organización política.

El voto inducido, para decirlo en términos amables, es un voto útil y define el resultado de las elecciones, precisamente cuando no se manifiesta el voto libre, el sufragio de los ciudadanos que no lo venden, ni lo canjean, ni lo dan en prenda por una dadiva.

Anular los votos significa dejarle la decisión de elegir a las autoridades - que en la elección en la que estamos inmersos es para renovar la Cámara de Diputados - a los que han comprado votos valiéndose de la necesidad de las personas.

Anular las boletas electorales es permitir que la entrega de despensas y tinacos, sustituya a la exposición de los proyectos, las plataformas políticas, la trayectoria de los candidatos, y el contraste de ideas y propuestas.

Anular el voto significa que las elecciones las decidan las “estructuras”, como denominan los dirigentes partidistas a sus simpatizantes que se mantienen fieles al partido… fieles a la despensa, al terreno, al tinaco, a la beca, al sobre.

Anular el voto resulta ser una propuesta “ciudadana” muy útil para el Partido Revolucionario Institucional. Que los diputados surjan de la votación de sus seguidores, que los representantes populares se deban a los comerciantes ambulantes, taxistas piratas, invasores de predios, falsos ejidatarios, etc.

Que las autoridades le deban el cargo a la informalidad, a la ilegalidad, a la miseria… para que se encarguen de perpetuar el statu quo, para que sean parte del problema y no busquen encontrar soluciones, ni cambiar las cosas.

Anular el voto significa posponer y anular en esta elección, la participación creciente de los ciudadanos libres, el voto consciente y la participación cívica.

Por eso lo invito a votar por una de las opciones que encontrará en la boleta electoral el día 5 de julio. Mi recomendación es que no anule su voto, porque al anularlo favorece a un partido político. Cancelando su voto le ayuda al partido político que tiene “estructura”... entiéndase que reparte despensas, que regala tinacos, que obsequia focos ahorradores, que proporciona mochilas desechables a su hijos, que sus gobiernos pagan salarios a sus activistas para hacer trabajo político.

Vote por la seguridad de sus hijos, por el regreso de los que si saben gobernar, por legalizar las drogas, por la educación, por lo que queda del rayito de esperanza, por el partido de Marianita, por la aplicación de la pena de muerte.

Vote por el yerno de oro, por el regiomontano, por al bufón, por el payo, por el vividor, por el camaleón… usted póngale nombre a los apodos, que no son sobrenombres, sino descripción.

Vote por el que le caiga mas gordo… pero vote

Reynosa, Tamaulipas a 3 de junio de 2009