Tener un primo así
RAZONES Y PALABRAS
Por: María Jaramillo Alanís
El buen amigo Óscar Díaz bautizó a este hombrecillo como “El “primo incómodo”, pero desde la campaña por la alcaldía de Reynosa ya se le conocía como “El gordo”, “El maletero”, “El surtidor”. Y nadie, ni por error, se equivocó.
Hace cerca de dos meses el coordinador de Asesores en la alcaldía fronteriza simuló que dejaba el puesto y muchos se la creyeron, aunque tuvo que pedir perdón y jurar que jamás lo volvería a hacer. Feliz y contento regresó a su puesto.
“El primo incómodo” ha sido acusado sistemáticamente por los contribuyentes de Reynosa de cobrar por todo trámite un jugoso 15 por ciento, lo mismo da si es maquiladora o un permiso ecológico para desarrollar tal o cual actividad e incluso hasta el permiso de instalar un table dance, de esos lugares “non sanctus” a los que las damas de la vela perpetua le hacen fuchi, pero que les han llenado los bolsillos a sus mariditos.
Total que apenas sí bajó la cortina Francisco Javier García Cabeza de Vaca y “El primo Incomodo” se sintió como sapo tierrero y hoy nada se mueve en Reynosa si no es con su permiso. Dije nada. Entre Alberto Federico Aldama Galván y la gente extraña que abunda en aquella sufrida ciudad, los ciudadanos de buen vivir ya no encuentran la puerta.
Mi único y carísimo lector me envió un fabuloso cuestionario donde hasta las respuestas nos hace el favor de darnos y dice así:
1-¿Quién es el Gordo 15%?
- Alberto Aldama, “El primo incomodo”.
2-¿Por quién voto el pueblo de Reynosa?.
-Por el Gordo Aldama
-¿Por qué?
Ahí les van algunas de tantas razones…
3- ¿Si necesitas una obra a quién acudes a ver? ¿Al Gordo Aldama o al Ing. Guillermo Acebo?
- ¡Acertaste!... al Gordo Aldama.
4- Si quieres trabajar en el ayuntamiento o tienes algún recomendado a quién acudes ¿al Gordo Aldama o a Garza Faz?
- Al Gordo Aldama. Pero sobre todo que sea compadre de él o compadre de sus allegados.
5.- Si quieres reportar alguna anomalía ¿a quién buscas, al Gordo Aldama o al contralor Adolfo Guerrero?
- Obvio, al Gordo Aldama
6.- Quieres participar como constructor ¿a quién ves? ¿Al Ing. Acebo o al Gordo 15% Aldama?
- Acertaste de nuevo, al Gordo Aldama
7.- Si a alguien se le ocurre la bendita idea de desarrollar algún negocio comercial o industrial, ¿a quién se consulta? ¿Al Gordo Aldama o al psicólogo Zertuche?
- Claro, al gordo Aldama
8.- Si como proveedor o contratista tienes adeudos pendientes… ¿Ante quién acudes, a quién ves? ¿Al Gordo Aldama o a Raúl Jiménez?
- ¡Por supuesto con el Gordo “15%” Aldama!
9.- Si se realiza un evento de Sedesol municipal ¿a quién ves? ¿A Amelia Vitales o al Primo consentido?
-Exacto… Al Gordo Aldama
10.- Quieres una solución de tipo jurídico…. ¿Acudes con Miguel Ángel García Ahedo o con el Gordo Aldama?
- Otra vez acertaste, con el Gordo Aldama.
Total que el vicepresidente de Reynosa se llama Beto Aldama, y ni siquiera hizo falta que lo eligieran los ciudadanos en las urnas, para eso tiene primo que le dijo “tú te encargas de cobrar”
Ojalá no sea cierto que con el 15 por ciento que cobra por todo, se compró lujosa residencia en Mc Allen y de ser así, el Gordo Beto Aldama tendría razón, puesto que lo más bonito de Reynosa sigue siendo Mc Allen.
Y para que amarrara bien, además de primos, Beto Aldama hizo compadre al alcalde en funciones y a su distinguida esposa, quienes le bautizaron a su hijita Alondra en pasada ceremonia en la capilla de la Divina Providencia, claro luego se sirvió un opíparo banquete en el restaurante de preferencia de la rancia sociedad reynosense -lo de rancia es porque apesta-, La Cucaracha.
El puesto que ocupa en la administración de Reynosa el famoso “Gordo 15 por ciento” es el de coordinador de Asesores y tiene asignado un sueldo mensual de 28 mil pesos, más compensación, que ésa sí no la publican en la nómina de los empleados de la alcaldía donde Óscar Luebbert Gutiérrez cree que es el alcalde.
Y claro, pasadas las elecciones, la administración de Reynosa ya no sabe cómo tapar los pozos que han ido horadando el Gordo Aldama y Everardo Villarreal, pues ambos le han costado a los contribuyentes un ojo de la cara, además de unas cuentas muchachas del rumbo de la Colonia Ramos.
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