Gamundi

TANGENTE
Por Oscar Díaz Salazar

La Secretaria del Ayuntamiento de Ciudad Victoria era una posición que por varios trienios habían tenido, para uno de los suyos, los editores del periódico más influyente de la capital. Por eso es que le pronosticaron una breve permanencia en el cargo, al reynosense - veracruzano que eligió Eugenio Hernández, para desempeñar la posición numero dos en el organigrama que encabezó el corazón de Tamaulipas.

Para el Negro Gamundi no fue difícil afianzarse en el cargo, pues se trataba del funcionario mas experimentado y el colaborador mas dedicado, de un gobierno compuesto por pirrurris y empresarios que recién abandonaron el mostrador de sus modestos comercios, de un gabinete de pequeños burgueses venidos a menos, que revirtieron su caída libre en la escala socioeconómica al ingresar al gobierno de su ciudad, y posteriormente al del Estado de Tamaulipas.

Con cientos de horas posadera (horas nalga) en su haber, cumplidas mientras el jefe Geño se divertía con sus cuatachos en ese trienio de la dulce vida, Gamundi se amacizó en la Secretaria del Ayuntamiento de Victoria, contra los augurios de los opinadores capitalinos y los deseos de la clase política victorense.

Gamundi era el asesor, colaborador y ayudante más experimentado en cuestiones políticas, el más ducho en temas legales, el más aplicado en cumplir y hacer que se cumplieran las órdenes del edil que en sapiencia, paciencia y presencia era la antítesis del jefe en esa mancuerna que ha sido harto exitosa en los últimos 8 años.

Por esos antecedentes no resultan descabelladas las pretensiones del Diputado Ricardo Gamundi Rosas para buscar la alcaldía de la ciudad que lo adoptó años atrás y en la que se regularizó como ciudadano tamaulipeco y le permitió circular con placa fronteriza… y no me refiero a la que luce en su boca.

Sabemos que Gamundi esta en el animo del jefe de los priistas tamaulipecos, que el presidente del Comité Directivo Estatal del PRI tiene un lugar privilegiado en el corazón y en el afecto de su patrón y amigo, que ya en una ocasión lo colocó en una posición que reclamaban fuerzas políticas y grupos de presión muy poderosos.

En poco tiempo sabremos si Eugenio Hernández se atreve a imponer a Gamundi como candidato a presidente municipal del municipio más grande de Tamaulipas, pasando por encima de la clase política reynosense. Muy pronto veremos si el Ejecutivo del Estado se anima a heredarle un negro panorama a los priistas de Reynosa, una ciudad en la que existen varios aspirantes que llevan años de disciplina sin abandonar las filas del partido tricolor.

Por lo pronto en Reynosa se comenta que no es lo mismo interpretar y operar – con mucha eficiencia, hay que reconocer - la voluntad y las instrucciones del Gobernador, que convencer a los que mandan y los que votan (que no siempre son los mismos) para confiarle la conducción del gobierno municipal de la ciudad que lo adoptó… misma que por muchos años le ha negado la posibilidad de destacar, y en la que lleva un buen tiempo sin residir en ella.

En las filas albiazules se renuevan las ilusiones de regresar al palacio municipal si el candidato del PRI es el jarocho Gamundi y entre los priistas se comenta que el Gobernador puede imponerlo como candidato, pero los dueños del pueblo -“las fuerzas vivas” en la jerga priista – no lo dejarían que se instalara en la oficina que hoy ocupa un burgués de ancestros nórdicos, un tipo de piel blanca y rico de abolengo.

Reynosa, Tamaulipas a 13 de octubre de 2009
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