La Aduana

TANGENTE

Por Oscar Díaz Salazar


“Ahora si ca… andan rifando a las queridas, no saben que hacer con ellas, no pueden mantenerlas”

Esto es lo que decía la Comadre fulanita (les debo el nombre) cuando, de la noche a la mañana, desapareció el Resguardo Aduanal y llegaron los odiosos Policías fiscales.

La Comadre fue esposa – hoy viuda - de un Agente Aduanal muy famoso y respetado, de los de antes, de los que en su historial registraban tiroteos desde las avionetas, para obligar a los pilotos contrabandistas a aterrizar y entregarse a las autoridades.

Los Policías Fiscales, chilangos, prietos y malencarados dejaron sin trabajo a los “Aduanales”, que siendo de casa estos últimos, se ponían de “modo” para que los habitantes de la frontera pudiéramos importar el refri, la tele y la lavadora…

Los Aduanales fueron los pioneros en eso de los tratados de libre comercio, y a pesar de que nuestras fronteras estaban cerradas para la importación de muchos artículos, los básicos, los enseres domésticos, las birongas Miller, el guisqui “Old Parr” y la lecha “Hygeia” nunca faltaban en las alacenas de los hogares de clase media de la frontera.

Les decía que fue toda una tragedia para muchos hogares de Reynosa, la llegada de los imberbes policías fiscales. Chilangos (mas allá del 30 son todos chilangos), sin conocimiento de nuestras tradiciones, con la soberbia y la actitud que lo hacia ver un contrabandista en cada reynosense que cruzaba para el otro lado.

Odiosos llegaron y odiosos se van, nunca se les quito la actitud de perdonavidas, el complejo de superioridad. Los sustituyen otros Agentes que también se capacitaron y reclutaron fuera de las ciudades fronterizas.

En este proceso de “destetar” a los policías fiscales y habilitar a los nuevos cuidadores de nuestras fronteras, es oportuno gestionar (proponer) la creación de una instancia, dentro de la Aduana, que se haga cargo de las relaciones con la sociedad en la que están ubicadas las instalaciones aduaneras.

Una Subadministración de Desarrollo Social, para retomar el modelo y nomenclatura que utiliza PEMEX, para que se haga cargo de los tratos con los lugareños. Esto nos evitaría repetir las historias que avergüenzan a los reynosenses, que causan pena ajena, como aquel caso en el que padecimos al Administrador de la Aduana que impidió la importación de mesa bancos donados por un distrito escolar del Valle de Texas, para una escuela primaria de Reynosa.

La idea es que en la Aduana de Reynosa, y en todas las aduanas de la frontera, exista un interlocutor aceptado y respetado por los habitantes de su municipio. Que sea de aquí para que entienda bien lo que le vayan a plantear las organizaciones que gestionan la importación de artículos donados, o comprados a costo simbólico etc.

Esta dependencia serviría también para hacer más justo, equitativo y transparente el proceso para la donación de mercancías decomisadas por la Aduana. Diariamente la Aduana confisca mercancías, abarrotes, perecederos, equipos, vehículos etc… ¿y donde quedan?... solo ellos lo saben.

Concluyo con un aviso para el hermano del ex futbolista profesional Tomas Boy, quien cobra (además les pagan, dicen ellos) como Administrador de la Aduana de Reynosa: No estoy disponible, se las tienen que arreglar sin mi.


Reynosa, Tamaulipas a 19 de agosto de 2009